«Roma
no se construyó en un día». Así reza uno de los más comunes alegatos animalistas frente a cualquiera que ose cuestionar la eficacia o moralidad de alguna formula concreta dentro de la practica activista. Se eleva
así el tópico a la categoría de argumento, que se
vuelve falacia en tanto que responde a una pregunta que nadie
ha planteado.