jueves, 19 de noviembre de 2015

Nada que celebrar


¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!... Victoria por aquí. Victoria por allá. Victoria por acullá. No hay día que pase sin la celebración de una victoria animalista. Es un no parar. Cualquiera diría que el fin de la explotación animal está a la vuelta de la esquina.

¿Cómo es posible que en medio de este genocidio sin igual los haya que encuentren motivos para celebrar estas victorias? ¡Y qué victorias! No pasan de ser regulaciones anecdóticas. Llamadas de atención sobre algunos excesos dentro del consentido y aceptado uso y abuso del resto de los animales. 

Y mientras algunos se desgañitan cantando "¡Victoria!", la explotación animal sigue su curso imperturbable, semejante a un río, que no sólo no detiene su curso, sino que se va haciendo más grande y caudaloso a cada instante. Así es la explotación animal. Cada vez mayor, cada vez más cuantiosa. ¿Que no se lo creen? Pues las pruebas nos inundan:

¿Que se castiga a Japón por desmandarse en la caza de ballenas? ¡Victoria! Y mientras se celebra, los nipones baten records en la importación de carne porcina, con la de pollo ganándole terreno.

¿Que se prohíben en la India las carreras de toros? ¡Victoria! Y mientras tanto siguen encabezando la lista mundial de los países exportadores de carne, no viéndose indultadas ni siquera las vacas sagradas.

¿Que los daneses se ponen escrupulosos y renuncian al foie gras? ¡Victoria! Y mientras tanto llegan a un acuerdo con China para convertirse en uno de sus principales distribuidores de carne de cerdo y aves de corral, que falta les hará, ahora que han sido cerrados allí un par de criaderos de perros (¡requetevictoria!).

¿Que se prohíben los circos con animales
"silvestres" en México? ¡Victoria! Y si alguien quiere celebrarla con una buena parrillada o asadito de carne, nada más fácil, su producción está en pleno apogeo.

¿Que el Teatro Nacional de Londres deja de comprar carne de conejo por estar su distribuidor denunciado por "crueldad"? ¡Victoria! Aunque podrán seguir sirviendo todo otro tipo de cadáveres mientras buscan alguna fuente "humanitaria". Opciones no les van a faltar, teniendo en cuenta que es uno de los negocios que más ha crecido en los últimos años.

Y aumenta la cuota y demanda de pescado en España y Europa; aumenta el consumo de carne de cerdo en Argentina; aumenta la demanda de leche a nivel mundial; aumenta el consumo de pollos, huevos y codornices en Bolivia; aumenta el interés de los países musulmanes por la carne ovina; aumenta en todo el mundo la demanda de carnes "raras" como la de búfalo; aumenta la demanda de lana; aumenta la demanda de carne en la Unión Europea y el resto del planeta… Por no hablar del surgimiento de nuevas tendencias dentro de la explotación animal, como la cría y consumo de insectos, algo promovido incluso por la ONU para paliar el hambre y la obesidad; o los nuevos llaveros con peces y tortugas vivas; o esa nueva ola artística donde se asesina y emplea vivos a los animales...

Vamos juntos: ¡VICTORIA! 

 
Todas estas supuestas "victorias" no son más que una estafa detrás de la cual se esconden intereses económicos y corporativistas. Nadie invierte su dinero en nada que no ofrezca ningún fruto. Quien paga quiere ver resultados, y quien pide el dinero está obligado a satisfacer a sus clientes. Aquel que más "victorias" vende, más clientes atesora. 


¿Y de qué sirve todo esto a los nohumanos? De nada. De nada bueno, al menos. Porque los grupos que venden estas "victorias" tienen la constumbre de no contar toda la verdad respecto a los efectos que deriban de las medidas que celebran. Lo único que consiguen este tipo de celebraciones no son más que falsos optimismos. El público queda satisfecho y los interesados engordan sus bolsillos, mientras las víctimas se desgañitan en demanda de su turno.

Aun en el caso de que estos acontecimientos representaran un avance real en algún sentido significativo, su difusión y celebración sólo puede conducir a un estado de relajación, algo que cualquier activista honesto trataría de evitar como la peste. Lo que un activistas comprometido buscará es colocar la cuestión del especismo en la primera línea del debate público, no provocar una laxitud que sólo sirve al incremento de la indiferencia.  

Estas falsas "victorias" no son más que las cuotas de pago del mercado animalista. ¿Acaso no conoce usted, amable lector, el mundo especista en que vivimos, donde la vida de un nohumano vale tanto como un rollo de papel higiénico, si acaso menos? ¿Qué victorias espera celebrar aquí?

La propia palabra
«victoria» encierra connotaciones de belicosidad o contienda. Una victoria es una derrota producida sobre alguien. El diccionario nos la define como la «superioridad que se consigue del contrario». Mas no trata esto de imponerse a nadie, sino de cambiar la mentalidad y el trato que la sociedad reserva hoy al resto de los animales. Por eso el camino es el veganismo. Cada nuevo vegano es un logro (que no una victoria), el único y verdadero, no siendo lo demás otra cosa que pamplinas fraudulentas. Búsquenlo y celébrenlo cuando lo consigan. Aunque con moderación, que apenas estamos corrigiendo un error que se prolonga demasiado.

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NOTA: Este texto lo escribí hace ya más de un año. Algunos días atrás me planteé la opción de recuperarlo para el blog y finalmente decidí que lo mejor sería aprovechar el momento en que alguna organización animalista apareciera vendiendo una nueva "victoria". Tal y como se puede ver (y tal y como era de prever), no me ha hecho falta esperar mucho.

Se trata en esta ocasión de la organización AnimaNaturalis, que considera una gran "victoria" la noticia de que el zoológico de Barcelona haya decidido dejar de ofrecer espectáculos con delfines. Es decir, AnimaNaturalis encuentra motivos para celebrar que los esclavos ya no tengan que hacer piruetas. Y no sólo lo considera una "victoria", sino también un "avance en los derechos de los animales", reconociendo a un centro de explotación animal como una institución comprometida con dicha causa.

Las grandes corporaciones animalistas demuestran permanentemente no tener escrúpulo ninguno en pervertir y pisotear la realidad, la ética y cualquier cosa que se ponga por delante de sus intereses. Son los explotadores de la explotación. Los grandes aliados de la esclavitud de los nohumanos.
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4 comentarios:

  1. Cualquier cosa –literalmente cualquier cosa– les vale para hacerse publicidad. Son una empresa dedicada a la autopromoción para conseguir dinero. Y nada más eso. Hace mucho tiempo que confundieron a los animales que dicen defender con ellos mismos.

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  2. Son como la "falsa Iglesia" que antaño absorbía los pecados a golpe de talonario. No me cabrearía tanto la existencia de estas organizaciones si no tuvieran tantísimos feligreses que no saben sino darles palmaditas en la espalda al son de "sois geniales", "¡gracias por vuestra labor!"y anglicismos inventados como "sois unos cracks" y similares que evidencian lo fácilmente manipulable que es el pueblo en general.

    No me extraña que algunos enseñen a sus hijos a manipular al vulgo y luego se coronen como nuestros gobernantes.

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    Respuestas
    1. Acabo de fijarme en la pedazo de errata que he cometido. Se escribe "absolvía". Me ha jugado una mala pasada mi pronunciación andaluza...

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    2. Es una verdadera lástima que Blogger no permita editar los comentarios. Parece un fallo difícil de explicar, la verdad.

      Un saludo.

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