Prometo ser breve el día de hoy. Una
entrada dedicada a aquellos que desprecian a los "teóricos" —a
los "activistas de salón", como gustan de llamarlos en
su más dulce alusión peyorativa— no parece digna de un exceso de dedicación. Y es que a quienes
más podría interesar es a quienes carecen de
interés alguno. Además, esta gente me causa una pereza superlativa,
si bien entiendo que esto último será de su satisfacción. Eso es a fin de cuentas lo que defienden: la
pereza intelectual.