domingo, 19 de octubre de 2014

¿Qué es el veganismo?


Parece oportuno arrancar este blog explicando su eje principal: el veganismo. Muchas son las interpretaciones que se hacen de él, muchas las definiciones que se le atribuyen y mucha la confusión que gira en torno suyo. Es una gran noticia el auge y expansión que está cobrando en los últimos años, pero, a medida que esto sucede, su distorsión se viene produciendo a un ritmo igual o más acentuado.

Una dieta, un estilo de vida, amor por toda criatura viviente... Estas son algunas de las descripciones más atribuidas. Todas erroneas, aun de escala muy misericorde comparadas con las más hirientes del imaginario opositor.

Para entender el veganismo quizá sea conveniente empezar por un análisis de nuestra sociedad. Se trata, por encima de todo, de una sociedad caracterizada por la cosificación institucionalizada del resto de los animales. Para los humanos, el resto de los animales son puros objetos. Herramientas y recursos de los que poder echar mano sin contemplaciones.

Da igual en qué ámbito nos situemos. En cualquier lugar en que observemos una relación entre humanos e individuos de otra especie nos encontraremos con idéntico patrón. Los otros animales son vistos como fábricas de carne, cuero, lana o plumas; o como máquinas expendedoras de huevos, leche, miel o seda; o como herramientas de trabajo; o como objetos de entretenimiento en zoológicos, circos y espectáculos diversos; o como instrumentos de laboratorio; o como piezas clave de algún ecosistema... La lista es interminable.

Incluso las relaciones de mayor dilección están suscritas a las pautas mencionadas. Así, puede que las "mascotas" sean tratadas con cuidado y cariño por quienes las poseen, pero lo cierto es que ese cariño y ese cuidado no difiere en nada del que pueda alguien guardar hacia los objetos de su apego. La relación se establece bajo la misma jerarquía de esclavo y dueño, propiedad y propietario. Aquí también, los nohumanos siguen siendo tratados como meros objetos (en este caso, "de compañía").

No por casualidad la frase "para eso están" ocupa élite de recurrencias. ¿Quién ha determinado que estén para eso? Pues nosotros (o alguna deidad, que dirán los místicos). "Es algo que se ha hecho siempre", y punto. Tema zanjado.

Pero este tipo de situación no es exclusiva de los otros animales. La historia de la humanidad es una historia de sometidos y sometidores. La esclavitud humana puede parecer ahora una simple mancha negra en nuestro historial, pero lo cierto es que su práctica ha sido la tónica dominante durante la mayor parte de los siglos precedentes. Desde la antigua civilización egipcia hasta la guerra civil Norteamérica, la esclavitud de seres humanos ha sido un hecho de extendida práctica y aceptación, ya fuera por motivos de raza, etnia o cualesquiera otros aspectos superficiales y arbitrarios. Y lo mismo ocurre con el pasado de las mujeres, sometidas a una perpetua dominación por parte de los hombres, si no tanto a nivel juridico, sí al menos a nivel socio-político.

La historia es siempre la misma. El fuerte ejerce su poder sobre el débil. "Para eso está" y "siempre se ha hecho así". No importa cuán alto reclame justicia el afectado. Mientras el fuerte no se cuestione el uso que hace de su poder, la situación continúa inamovible. Por fortuna, ese cuestionamiento ha surgido ya en muchos casos, de manera que hoy entendemos que las barreras (a menudo ficticias) del sexo, la raza o la etnia no son razón justificable para discriminar a alguien y emplearlo como un mero objeto de valor instumental.

¿Y qué pasa con la especie? ¿No es la especie una barrera igualmente arbitraria e irrelevante? Eso es lo que nos formula el veganismo. Cuestiona la supremacía que el ser humano ejerce sobre el resto de los animales. Nos recuerda que los nohumanos no son objetos, sino sujetos, individuos, personas también, en definitiva, con sus propios intereses, anhelos, deseos y sentimientos. Seres no sólo portadores de una vida, sino interesados en disfrutarla en plenitud. Bajo su voluntad, y no bajo la voluntad de los demás.

El veganismo no es, por tanto, ni una dieta ni un estilo de vida. El veganismo es un principio moral que nos dicta que el resto de animales no son nuestros medios, sino fines en sí mismos, dignos en todo momento de ser tratados como tales, sin vulnerar sus derechos básicos y sin explotarlos de manera alguna.

Como todo principio ético, su respeto exige coherencia práctica, de manera que los veganos rechazan al uso todo aquello que provenga de la explotación de los nohumanos, tanto en comida como en ropa, entretenimieno o cualesquiera planos potenciales, del mismo modo que un feminista no comería mujeres, ni bebería la leche robada a éstas, ni se vestiría con sus pieles, ni participaría en actos donde se las empleara contra su voluntad.

Quizá esta analogía sirva para entender lo que significa el veganismo y comprender que su significado no guarda un catálogo de prácticas concretas, sino una serie de principios éticos elementales que todos, como agentes morales que somos, estamos obligados a cumplir.

El veganismo no es una cuestión de amor, compasión o generosidad; es una cuestión de respeto, justicia e igualdad. 



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Artículos relacionados:

- La definición de veganismo.
- Veganismo definido (Leslie Cross - 1951).
- ¿Qué es el veganismo?
- El principio de igualdad.

3 comentarios:

  1. Muy buen post, muy cierto y muy bien redactado .. .Salu2!

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  2. Lo veganos no somos una moda, ni una secta, ni somos raros, ni hemos nacido en "Las Vegas" ni seguimos una dieta. El veganismo es mucho más...

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    1. Así es. Pero los veganos somos diferentes, lo diferente asusta, y lo que asusta se ataca. Siempre se repite la misma historia, sobre todo cuando se cuestionan paradigmas.

      Un saludo.

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