domingo, 30 de abril de 2023

Los derechos de los animales

Si mañana se anunciara que cualquiera que lo desee puede, sin riesgo de represalias o recriminaciones, asomarse a la ventana de un cuarto piso, colgar de ella un trozo de cuerda con un poco de comida atada al extremo (y una etiqueta que diga "gratis"), esperar a que algún transeúnte le dé un mordisco, y luego, tras clavársele el anzuelo oculto en la mejilla o la garganta, subirlo al cuarto piso y allí golpearlo hasta la muerte, no creo que muchos aplaudiesen la noticia.