Este artículo es una respuesta a
cierto tipo de argumentos en favor de los derechos de los animales.
La Parte I contiene una breve explicación de los antecedentes y los
argumentos que pretendo rechazar; la Parte II presenta un intento de
caracterización de dichos argumentos, en los que observo confusiones
elementales en torno a las relaciones morales entre los humanos y
entre los humanos y los animales. Y la Parte III muestra lo que
considero que cabe aún decir —por
decirlo de algún modo— en favor de los animales.