En este artículo
analizo tres posibles justificaciones de lo que creo sería la
objeción básica contra extender los derechos morales a los seres
nohumanos; "¡Pero sólo son animales!" Muchas personas que están
bien informadas no sólo sobre los intereses físicos, sino también
psicológicos y sociales de los animales, todavía se sienten
justificadas en tratar a estos como recursos en beneficio de los
intereses humanos. Esto se debe a que los animales carecen, se supone, de algún
valor moral fundamental que exige
respeto y no sólo un trato y muerte humanitarios.