martes, 23 de junio de 2020

Los animales del zoo están eternamente confinados


Un orangután se acurruca en un recinto acristalado del zoológico de Phoenix con la cabeza entre las manos, mirando hacia un empleado con mascarilla. Un loro aprieta su cabeza contra una malla metálica en el Parque Orana de Vida Silvestre, en Nueva Zelanda, mientras su pico desenfocado se estira hacia la lente de una cámara. En el zoológico del Bronx, un mono gelada observa meditabundo hacia la lejanía con los ojos ligeramente entrecerrados.

viernes, 5 de junio de 2020

¿Piensa un oso en los bosques?


EN MARZO DE 1996, UNOS FUNCIONARIOS ESTATALES DE VIDA SILVESTRE DEJARON TRES OSOS NEGROS HUÉRFANOS frente a la puerta de Ben Kilham, en Lyme, New Hampshire. Con tan solo siete semanas de edad, no pesaban más de cuatro libras cada uno. Deberían haber estado en la madriguera de su madre, bajo el candor de esa etapa que va del vientre materno al mundo donde comienza la vida de cada oso. En lugar de ello, una operación de registro había provocado la huida de la mamá. Así, Kilham, un ex-estudiante de biología de la vida silvestre transformado en armero y rehabilitador de osos con licencia estatal, se convirtió en su madre adoptiva.