Hace cinco millones de años, nuestros
antepasados se separaron de los simios ancestrales; en los siguientes
dos millones de años, las líneas evolutivas de los homínidos
experimentaron cambios enormes en su evolución hasta dar pie a una
especie que no sólo era bípeda, sino que también poseía un
cerebro grande y capaz de dominar el lenguaje y la tecnología.