martes, 12 de octubre de 2021

La defensa de los animales en su relación con otros movimientos reformistas

 
Son miles las publicaciones en que nosotros, los defensores de los animales, hemos señalado la gran influencia que la conducta de los hombres hacia los demás animales ejerce sobre su conducta hacia los otros hombres y lo preciso que es, en consecuencia, que todos aquellos que luchan por elevar la moralidad humana apoyen la defensa de los animales. No obstante, raras son las ocasiones en que haya encontrado alguna referencia a la relación directamente inversa, esto es, al influjo que la conducta de los hombres hacia los otros hombres tiene sobre su conducta hacia los otros animales, así como a nuestro deber consecuente de apoyar a aquellos que luchan contra los abusos que se dan en la vida social de los humanos. De hecho, la conducta hacia los hombres y los animales ocurre dentro de una dinámica de acción y reacción mutua; la injusticia y la brutalidad hacia los animales no es sólo causa sino también efecto de la injusticia y la brutalidad hacia los hombres. Cualquier explotación injusta de los trabajadores; cualquier violación de derechos ejercida sobre las razas humanas sometidas al yugo de los europeos; cualquier injusticia administrativa del código penal, en especial la indulgencia hacia el maltrato infantil y otras crueldades semejantes; cualquier glorificación de las hazañas militares, con excepción de aquellas que representen un acto de defensa de la población civil; cualquier defecto u omisión en la formación de los huérfanos y otros niños necesitados de supervisión pública —cualquiera de éstas y otras injusticias y crueldades conducen forzosamente al embotamiento de los sentimientos de empatía y de justicia hacia los animales.