«Todo suma». Cuantísimas veces
se puede llegar a escuchar esta sentencia tan simplista. Una frase que, así
tal cual, se antoja completamente absurda. ¿Dedicar una hora a darse de cabezazos contra la pared también suma? Suma si lo que se busca es
un dolor de cabeza, pero no suma en absoluto al objetivo de la liberación animal. Es evidente, por tanto, que no todo suma.
Hay cosas que suman; hay cosas que no suman nada; y hay un buen
número de cosas que no sólo no suman, sino que, además, restan.
Cualquiera
que esgrima este argumento se verá en la obligación de aclarar que
por "todo" se refiere a todo aquello que aporte algo a la
problemática del especismo, mas la tesis se torna entonces en
una clara petición
de principio.
No se puede defender que algo aporta cosas positivas usando como
argumento que ese algo aporta cosas positivas. Eso es convertir en
premisa aquello mismo que se debe demostrar.
La
falacia del todo suma es muy habitual, por ejemplo, ante cualquier
objeción presentada frente al bienestarismo. Se difunde el
veganismo, se difunde el bienestarismo,
y "todo suma", se dice. No obstante, el bienestarismo y el
veganismo no son sólo posturas diferentes, sino opuestas. El veganismo rechaza categóricamente la explotación
animal, mientras que el bienestarismo propone una explotación
matizada, lo que supone su aceptación implícita. No se puede
esperar un resultado positivo de la confluencia de dos corrientes
naturalmente enfrentadas. Ofrecerle a la gente un método particular de explotación no aporta nada al fin de la explotación.
Pero
si en algún lugar es común esta falacia es entre aquellos que
defienden discursos que se salen del marco de lo moral. Me refiero a esos
animalistas que se desvían del mensaje ético para dedicarse a
difundir las bondades para la salud que proporciona una alimentación
100% vegetal, por poner un ejemplo. Frente a las críticas a ello, poco tarda en arrancar el soniquete de que "todo suma". Pero no lo hace.
Lo que hace es distorsionar el significado de la
palabra veganismo. Lo que hace es reducir todo el tema a una
mera cuestión alimenticia. Lo que hace es fomentar el egoísmo y el
antropocentrismo. Y lo que hace es provocar que la industria de la
explotación animal se afane en vender sus propios beneficios. Esto no suma. Esto resta. Resta
tiempo, resta energías, y resta recorrido al trabajo de quienes se
dedican a fomentar el altruismo, la empatía y la consideración hacia el resto de los animales.
«La
gente no está preparada para el mensaje ético —se arguye a
menudo— y es más probable que deje de consumir ciertos productos
especistas apelando a otra clase de razones como la salud, el hambre
en el mundo o el medio ambiente». Cuán pretenciosa y
elitista es esta respuesta. Implica creer que aquello de lo que
nosotros hemos sido capaces no van a ser capaces otros. Los veganos
no reunimos ninguna condición especial. Es sumamente fácil entender
el veganismo, y aún más fácil si cabe asumirlo y practicarlo.
Cualquiera puede ser vegano ya mismo.
Por
otro lado, no he llegado a conocer a nadie que renuncie a toda forma
de explotación animal por una motivación que no incluya razones
éticas. Hay personas que dicen rechazar la explotación especista
por salud y por ética; hay personas que lo hacen por ética y por
ecología; hay personas que lo hacen por ética y por solidaridad; y
hay quienes lo hacen movidos por una ensalada de todas las razones. Pero es muy notable cuál es
el factor común en todos ellos. Cualquier activistas
podrá reconocer este hecho a través de su propia experiencia, cosa avalada ademas por las encuestas.
El principal (y más
consistente)
motivo por el que la gente deja de consumir productos de origen
animal es el ético (y con creces). De manera que está fuera de lugar marginar o
aparcar el discurso moral en favor de cualesquiera otros diferentes al amparo de que la gente no está preparada para lo primero.
Y no podría ser de otra manera. Al fin y al cabo, ¿qué
persona renunciaría al cuero por salud o dejaría de acudir al circo
por el medio ambiente? Por otro lado, secuestrar y torturar animales callejeros no parece tener ningún
impacto sobre el hambre en el mundo. O se podrá también decir que
ciertos alimentos de origen animal son malos para la salud,
pero es muy difícil sostener que lo sean todos;
y en cualquier caso, la tendencia habitual se inclina por la reducción de aquello que resulta malo para la
salud, no por su eliminación completa. Los que dicen llevar una
alimentación 100% vegetal por motivos exclusivos de salud suelen ser
esas estrafalarias criaturas llamadas "flexitarianos",
personas que en realidad no han renunciado a nada de nada y que apenas buscan otra cosa que una simple etiqueta distintiva.
Además,
la gente practica a cada instante acciones que reconoce
como insanas, insolidarias y/o insostenibles. ¿Qué sugiere pensar que
entre todas sus alternativas de mejora va a optar por la renuncia de
los hábitos más arraigados? Ya existe además una intuición general por asociar las
dietas vegetales con la
buena salud; por eso una de las reacciones más comunes ante la
presencia de alguien que las practica es preguntar aquello de «¿Lo
haces por salud o por los animales?». Quienes estén dispuestos a
renunciar a sus hábitos especistas por estas razones lo estarán
porque ya sentían una escasa atracción previa hacia
ellos, y si esto es así, entonces el mensaje moral puede conducirlos
a ello con igual facilidad.
Un rechazo cabal y sólido de la explotación especista sólo puede llegar como efecto de un cambio de conciencia. Es absurdo pretender que la gente deje de
participar en todo el vasto abanico de ámbitos en que son explotados los animales por
medio de una acumulación de pretextos independientes.
Es mentira que todo sume. Lo único que suma dentro de
una sociedad que acepta esta injusticia con la misma normalidad que
el aire que respira es un trabajo educacional constante que desafíe
los prejuicios sobre los que se sostiene esa injusticia. Esto, en el
caso de la explotación animal, se llama veganismo.
Echen
cuentas, señores.
Tiene este tipo de falacia un nombre específico en inglés?
ResponderEliminarMe ha pasado el caso de que personas con las que hablo en inglés la usan para decir precisamente que el vegetarianismo es ya una mejora en la sociedad para los derechos de los animales no humanos.
Buenas, Echedenyan.
EliminarDesde este blog hemos querido ponerle un nombre particular a algunas falacias animalistas por su recurrencia y formulación singular, pero no se trata de falacias originales. La falacia del “todo suma”, por ejemplo, representaría en esencia una petición de principio (petitio principii), que en inglés cobra nombre de “begging the question”.
Decir que el vegetarianismo es una mejora para los animales no es ni siquiera un razonamiento, pero en caso de pretender alguno será en efecto una de petición de principio. Defender el vegetarianismo alegando que es una mejora para los animales es lo mismo que decir que el vegetarianismo es bueno porque el vegetarianismo es bueno.
De todos modos, es cierto que aquellos que adoptan el vegetarianismo por razones éticas reflejan al menos una cierta inquietud hacia el abuso contra los nohumanos, y yo si puedo aceptar esto como algo positivo. Es al menos una mejora respecto de la indiferencia. Ahora bien, el hecho de interpretarlo como el síntoma de algo positivo no significa que sea en sí algo suficiente. Digamos que es algo alentador, pero no satisfactorio.
No obstante, esto es algo sujeto a las aspiraciones que tenga cada uno. Yo por supuesto hablo desde una óptica abolicionista.
Un saludo y gracias por pasarte y comentar.