La
idea de que una persona puede ayudar a los animales sin dejar de
usarlos es absurda.
Un
artículo de opinión publicado por The Independent Florida Alligator
comparte "Cinco maneras sencillas de ser un defensor de los
derechos de los animales y marcar la diferencia", pero la opción
de no explotar a los animales no se menciona entre las medidas para
ayudarlos. De hecho, al principio pensé que todo esto formaba parte
de algún tipo de parodia.
El
primero de esos sencillos métodos con los que sugieren que se puede
ser un defensor de los animales es "seguir a una organización
como People for the Ethical Treatment". El autor señala que es
una excelente manera de mantenerse actualizado sobre la comunidad de
los derechos de los animales sin la necesidad de hacer donativos,
practicar el activismo o llevar a cabo algún tipo de cambio. ¿Desde
cuándo quedarte mirando desde la barrera te hace participe de la
justicia social? Por no mencionar lo cuestionable que es el trabajo
que llevan a cabo estos grupos.
La
segunda propuesta es para gente más osada: "Escribe, publica y
comparte. Las redes sociales son una de las mayores ventajas de
nuestra generación para cualquier tipo de iniciativa. Puede que sólo
seas una persona, pero si cada publicación tuya llega a más de 200
personas, puedes marcar la diferencia". Es probable que el mero
hecho seguir a algunas organizaciones termine por recordarte que en
realidad no estás haciendo nada, así que pídele a otras personas
que hagan algo. De nuevo, ¿cómo se puede pretender que hable en
favor de los animales gente que no ha dejado de usarlos? Me disgusta
que las personas que usan animales les digan al resto cómo deben ser
tratados estos.
Y
hablando de exigir cosas a los demás, la tercera medida es
"Convencer a tus amigos. Lo único que importa es que convenzas
a una persona, porque esa persona se lo contará a otras". Bien,
si estuviéramos hablando de veganismo, esta sería una medida de mi
agrado. Pero dado que estamos hablando de convencer a nuestros amigos
de que se unan al tren de las peticiones en redes sociales y la
inacción en general, se trata de otra medida inútil.
El
cuarto precepto es el epítome de lo que está mal con aquella
defensa de los animales alejada del veganismo: "Come menos
carne". El autor, después de esta petición, se apresura a
decir: "No estoy tratando de decirles a los amantes de las
hamburguesas que se vuelvan veganos". Como de costumbre,
nuestros propios deseos y "necesidades" se ponen por
delante de los animales y se alaban los Lunes Sin Carne. Se
recomiendan fuentes proteicas "más limpias", y queda
olvidado el hecho de que todos los animales son moralmente
importantes. El cuidado de los animales no termina cuando se
inmiscuye en tus preferencias, y abogar por sus derechos no significa
nada si terminan formando parte de tu cesta de la compra. Esto sólo
nos conduce a la carne "humanitaria" y a jaulas más
grandes.
Entonces,
¿nos conducirá al menos la última medida en la dirección
correcta? "Implícate a nivel local. El voluntariado es también
una excelente manera de conocer a personas con intereses similares —y
también lindos animales". No. Una vez más, el énfasis se pone
en nosotros y en lo que obtendremos al ayudar a los animales,
mientras que las víctimas son ignoradas. Existen formas directas de
ayudar a los animales (piénsese en la colaboración con refugios),
pero el mundo no cambiará si antes no empezamos por ayudar a todos
los animales.
Los
cinco pasos que yo recomiendo son los siguientes: hazte vegano, hazte
vegano, hazte vegano, hazte vegano, y ayuda a otros a que se hagan
veganos. No necesitamos organizaciones o grupos en defensa de
los derechos de los animales para conseguir cambios, sólo necesitamos
saber que estos cambios comienzan en nosotros y en nuestras acciones.
Esto no trata sobre lo que podemos ganar al presentarnos como amantes
de los animales ante nuestros amigos de internet. La defensa de los
animales tiene que ver con los animales, y eso requiere que seamos
veganos.
Eva
Lampert, 4 de octubre de 2016.
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Traducción: Igor Sanz
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