Los valores veganos

 

Se ha conjeturado mucho sobre el origen y el significado de la palabra VEGANO. Por ello, resulta interesante tener en cuenta que su pretensión inicial fue ir más allá de la negatividad de aquel concepto de "vegetarianos no-lácteos" aplicado originariamente sobre los fundadores de la Sociedad Vegana. La palabra señala una base completamente vegetal y una forma restrictiva de vegetarianismo, tanto en sus principios como en sus objetivos, confiando en que aquellos que empiecen como vegetarianos puedan acabar como veganos. Su misma fonética es firme y resuelta, y la concisión de su significado es tan internacional como el ideal que representa.

Fue en el año 1944 cuando Donald Watson, un pionero humanitario que llevaba ya algunos años viviendo sin productos lácteos, tuvo la idea de contactar con otros vegetarianos que compartiesen su misma perspectiva. En consecuencia, sugirió a la Sociedad Vegetariana que creara una sección no-láctea interna y que publicase artículos divulgativos sobre el tema entre las páginas de su revista mensual, The Vegetarian Messenger. Por desgracia, sus propuestas fueron rechazadas por el Comité Ejecutivo de la Sociedad, cuyos miembros consideraron que su deber primordial era convertir al público general al vegetarianismo, indicando que la difusión de tales extremos debería llevarse a cabo fuera de la Sociedad Vegetariana y a través de un medio independiente. Fue una reacción decepcionante y ciertamente inesperada a la vista de su propia definición:

El vegetarianismo es la práctica de vivir de los productos del reino VEGETAL, con o sin la adición de los huevos y la leche.

Se envió una apelación a la Sociedad Vegetariana con el fin de que reconsiderase su decisión, y de forma periódica se fueron lanzando solicitudes individuales con la esperanza de lograr una sección de productos no-lácteos vinculada a la Sociedad, pero sin éxito.

Todo ello condujo a la formación de la Sociedad Vegana, una asociación independiente cuya revista trimestral, The Vegan News, fue publicada por primera vez en 1944. Los miembros fundadores fueron pocos en número, pero estaban firmemente convencidos de que aquella forma de vida era más correcta que el vegetarianismo, más amable con los animales, así como más sana y beneficiosa para los propios humanos. Sintieron la necesidad de trabajar en favor de que todo el mundo adoptase esa forma de vida, tarea que abordaron tanto de manera individual como colectiva.

La revista impresa empezó a editarse apenas un año después, ocupando hoy un lugar en las librerías públicas. La Sociedad ha crecido de manera constante a lo largo de estos tres años, habiendo alcanzado ya los quinientos miembros; ha publicado y distribuido ya varias libros interesantes, y se ha unido recientemente a la Unión Vegetariana Internacional. La influencia del Ideal Vegano se siente cada día con más fuerza tanto en el país como en el extranjero.

Es motivo de cierta preocupación y pesar que la tendencia moderna entre los grupos reformistas sea separarse de las sociedades principales y trabajar de manera independiente por un ideal ligeramente diferente. Sería conveniente disuadir este proceso de desintegración, ya que las superposiciones y duplicaciones suponen una pérdida de tiempo, energía y capital. Es necesario remediar esta afección del Movimiento Vegetariano actual si es que acaso el Vegetarianismo desea desarrollar todo su poder revolucionario. Es por ello esencial una cooperación y unidad más estrecha.

Todas las reformas comienzan con una convicción individual y se desarrollan a partir del momento en que dos o tres personas se reúnen e intercambian ideas y estímulos comunes. Los grupos locales de personas con perspectivas similares pueden lograr mucho bien, pero si se vinculan con otros grupos hasta formar una sociedad más grande, una sociedad que acoja un propósito común principal, su poder se verá multiplicado. Y si ese cuerpo mayor logra concentrar fondos y energías, su fuerza y poder serán enormes y su progreso, incalculable. Este parece un momento adecuado para que las diversas sociedades vegetarianas del país busquen esa unidad, y desde aquí se sugiere la formación de un Consejo Nacional Vegetariano que represente a todos los organismo y coordine las actividades e intereses vegetarianos con el fin de convertirse en el punto focal británico del vegetarianismo. Este Consejo podría actuar tanto a nivel nacional como internacional, pero conservando las sociedades miembro su identidad y especialización.

La Sociedad Vegana, por ejemplo, mantiene como base fundamental la convicción de que está mal interferir en el equilibrio de la Vida que impregna a todas las cosas naturales. Las materias minerales, vegetales y animales están todas interconectadas y relacionadas por el equilibrio de la Fuerza de la Vida. La materia mineral en forma de rocas y agua es activada por las variaciones del clima y se vivifica en el soporte que le da a la vida vegetal estática en todas sus diversas formas. La vida animal es móvil, ya que necesita buscar su sustento en las formas vegetales y no puede hacerlo directamente de la materia mineral. Por lo tanto, es Ley Natural que el Hombre (el más alto de los animales) obtenga su sustento exclusivamente de la vida vegetal.

La vida misma emana de la Fuente Divina, cuyo gran objetivo es la propia Vida en su condición de único valor intrínseco, ya que todo lo demás es relativo. Se da la vida al hombre para su propio empleo, así como otras cosas a su alrededor la poseen para su propio uso personal. El hombre no puede crear Vida, por lo tanto, no debe destruirla; no puede almacenarla para un empleo futuro, por lo tanto, no debe explotarla; no puede adquirirla de otros para su propio provecho, por lo tanto, no debe privar a otros de su uso. Es por la transgresión del hombre moderno por lo que el mundo actual sufre de tanto dolor y tanta contrariedad. Debe aprender a respetar su propia vida y otorgar el mayor valor a toda ella si quiere reformarse y progresar.

Una vez que las personas se den cuenta de que la vida dada por Dios es el activo más importante, regularán sus hábitos diarios en consecuencia. No interferirán a sabiendas en las vidas de los demás; no matarán para comer, beber o vestirse, sino que hallarán otras formas más naturales de alimentarse y protegerse. No explotarán ni al hombre ni a la bestia, sino que se esforzarán por vivir en armonía cada día. La convicción interna les conducirá a un cambio en sus hábitos diarios, y su camino se volverá más claro y fácil a medida que su convicción se vaya fortaleciendo.

La Sociedad Vegana está formada por personas que han actuado por convicción interna. Cada uno ha elegido el Camino Vegano como la expresión de una creencia personal. También en otros países hay muchas personas que han elegido vivir sin productos de origen animal. Por supuesto, también ellos son reconocidos como veganos y pueden incluso organizarse en grupos o sociedades. De ser así, confiamos en que cualquiera de estos grupos simpatizantes con el veganismo de éste o cualquier otro país se ponga en contacto con la Sociedad Vegana para cooperar en una aplicación lo más amplia posible de los Principios veganos y formar así un MOVIMIENTO VEGANO INTERNACIONAL que opere por la Paz y la Prosperidad de todo el Universo.

Fay K. Henderson, 1947.
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Traducción: Igor Sanz

Texto original: Vegan Values